sábado, 6 de abril de 2013

de madrugada

Y ella gritaba.. lo tenía sujeto por las manos, con fuerza, con seguridad (pero con mucho miedo). Debajo de los pies de él se extendía el océano Atlántico, y parecía que ya no le daba miedo.
-Suéltame, de verdad, déjame caer, busca ayuda y que vengan a buscarme cuando caiga, pero sálvate tú.
-No, sabes que no puedo hacer eso.. Puedo aguantarte, seguro que puedo levantarte.. necesito ayuda- dijo mirando a su alrededor, pero la cubierta estaba vacía- no importa, puedo sola, no voy a dejarte caer, no solo..
Se escurrió, siguió agarrándolo, con fuerza, no aguantaría mucho más, y de repente.. el vacío, la calma antes de la tormenta, la caída antes de caer en aquella inmensidad, y el sonido sordo del choque contra el agua. Sube la cabeza y respira, mira tu nueva situación, vas a morir. La desesperación de ver alejarse el barco, no van a volver.
¿Cuánto tardarían en darse cuenta de su ausencia? ¿Dos, tres horas? Para entonces ya estarían muertos. Buscar sus ojos (siempre en calma) y encontrar ahora tempestad en ellos. Esto no podía estar pasando. No ahora. No con él. Él abrió la boca para decir algo, pero no dijo nada. Se giró para ver cómo se alejaba poco a poco su vida.
-Tranquila, todo va a salir bien, lo sabes, nos echarán en falta pronto, alguien vería que estuvimos en cubierta y vendrán a buscarnos pronto, ya lo verás.. No, no llores...
-No mientas, no te engañes ni me engañes, no nos des falsa esperanza.. vamos a morir, aquí y ahora, ¿Lo entiendes? ... ¿Y sabes qué es lo peor? El 'justo ahora'. Hay tantas cosas que nos quedan por hacer.. No podré sentir lo que es dormir mientras me acaricias las costillas, mientras cuento los latidos de tu corazón, y siento tu respiración tranquila en mi cuello. No sabré lo que es levantarme por la mañana y ver que tú estás ahí, que a veces la vida tiene sentido. No sabré lo que es acariciarte la espalda mientras te leo mi libro favorito y la casa entera huele a café y menta. No sabré lo que es sentirnos de verdad, ni quererte hasta sentirme al límite de mis fuerzas.. ¿Lo ves? Sí que estoy llorando, y tú deberías también, ¿lo comprendes? Nunca vamos a tener nada de eso, ni vamos a ver a los niños correteando por el salón. Es aquí y ahora, el final.
-Aquí y ahora, viéndote llorar, viendo el final, te quiero más que nunca, más que siempre, no tengas miedo, ya no hay por qué tener miedo, estoy aquí contigo, para siempre.
Ella sonrió entre lágrimas. Notó el sabor salado, no sabía si de sus lágrimas o del agua. No sentía los pies. Se estaba quedando helada. Estaba cansada. Él la miró a los ojos y le dio un beso, (el último).
Ella dejó de luchar, él también.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por sus comentarios,♥.