Llévame a las sombras de la luz.

¿Vas a ser como una flor? Marchita y muerta durante el invierno.. ¿Vas a resucitar en verano? Con el Sol, volver a estar viva, resurgir de tus cenizas, como el ave Fénix. Las nubes grises del invierno han quedado atrás, y la lluvia, y el frío.. Y, sin embargo tú, sigues estancada. ¿Por qué no puedes volar? ¿A caso no quieres ser libre? ¿Por qué eres un cuervo y no una golondrina? Yo quiero ser una golondrina. Como decía Béquer, 'volverán las oscuras golondrinas.' Yo quiero volver, quiero volar y ser libre. Mirar a las nubes, inventarme figuras. Hacer pactos con las estrellas y sus órbitas. Vamos a fugarnos. Voy a por una golondrina y nos vamos a Plutón. Llévate abrigo, hará frío, o si quieres, yo te doy calor. También podemos irnos a otra galaxia, vivir aventuras y soñar despiertos juntos. Aquí, sobre el césped rojo de Marte, te miro a los ojos y pienso que nunca te había visto así. Porque nunca te he visto. Entonces Marte se hace pedazos. Y Plutón, y la Luna, y el Sol. Y todos esos sitios en los que fingíamos mirarnos a los ojos y sentirnos. Los labios fríos como el hielo, y el corazón ardiendo, y yo no me lo explico. El mundo se ha hecho pedazos y yo sigo durmiendo. Ya no quiero más invierno, y sin embargo, es todo lo que tengo. Arropada con mil sábanas, capas, para compensar el calor que tú me dabas. Pero... si no estabas aquí. Siempre hubo frío y vacío. El café sabe más amargo en las mañanas, y las ojeras se han apoderado de mi cuerpo, de mis sueños. ¡Devuélveme mis sueños! O alguna pesadilla... al menos. Dame algún motivo por el que levantarme cada mañana y respirar. Un bueno motivo sería abrir los ojos, una mañana de Sábado, con las sábanas blancas y encontrarme con tu espalda. Recorrer cada poro de tu piel, contar tus lunares y traficarlos con Cupido.
Pero no te quedes ahí quieto, no hagas como que no me escuchas. ¿A caso no oyes mis gritos? Dime algo.. Dime que me.. que me.. que, que me odias, al menos.